El Comediante de Valladolid

En la Plaza Martí y Monsó se encuentra desde 1996 la figura de El Comediante de Valladolid. Una escultura a escala humana y en bronce que firma el artista Eduardo Cuadrado. Su ubicación no es baladí, ya que se encuentra justo delante del lugar que ocupó el único teatro que Valladolid tuvo hasta el siglo XIX, el Teatro de la Comedia, del que os hablábamos aquí. En ese mismo lugar, para que os ubiquéis, estuvo posteriormente el Cinema Coca, hoy desaparecido también.

Con la intención de mantener viva la memoria de este espacio dedicado al teatro que tuvo tanta importancia en nuestra ciudad, el Ayuntamiento encargó, hace ya casi treinta años, esta obra. El Comediante de Valladolid es una forma de mantener viva la presencia del teatro en la ciudad, un homenaje a uno de los grandes símbolos de las artes escénicas de la capital.

Eduardo Cuadrado, que es también autor de otras esculturas de la ciudad como el fotógrafo de Campo Grande, el Homenaje al Voluntario Social o el Monumento a Miguel Delibes de la entrada al Campo Grande, concibió esta pieza como un homenaje a la figura del actor ambulante. Un actor que durante años llevó su arte por pueblos y ciudades. Un actor que nos enlaza con la tradición de las artes escénicas y el carácter itinerante que este oficio tenía.

La pieza presenta una actitud meláncolica. Está representada junto a su inseparable maleta y sus vestiduras raídas. Porta un enorme paraguas que oculta su identidad. De su espalda cuelgan dos máscaras, como las que utilizaban los cómicos ambulantes. Un contraste con su actitud y un juego entre ilusiones, esperanzas y realidades, que conecta directamente con el peculiar expresionismo romántico y simbólico del artista.

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