Tiempo de lectura estimado: 3 minutos
«Del francés dame-jeanne. Recipiente de vidrio o barro cocido, de vientre voluminoso y redondeado y cuello corto, a veces protegido por un revestimiento, que sirve para contener líquidos», es la definición de Damajuana que recoge la RAE. Pero, ¿de dónde viene esta palabra? Son muchas las teorías que podemos encontrar en referencia al origen de su nombre. Una de ellas, tal vez por la gracia de su anécdota, está especialmente extendida.
A la francesa
Cuentan por ahí, que allá por 1347 en la localidad francesa de Grasse, en los Alpes, se encontraba de paso la reina Juana I de Nápoles cuando una gran tormenta le obligó (a ella y a su séquito) a refugiarse. Eligieron para su resguardo el taller de un vidriero. Este, emocionado por la presencia de la dama, se puso a fanfarronear elaborando una botella. El resultado fue una botella de gran capacidad y redondeada, distinta de las que se solían realizar. El nuevo recipiente fue del agrado de la reina y el vidriero decidió llamarla en su honor dame-jeanne.
Hay también otra teoría que sitúa el origen de su nombre en la forma de hablar coloquial. Está se encuadra en el siglo XVI entre los marineros del sur de Francia. Damajuana era para ellos la forma de llamar a las botellas gruesas y grandes, haciendo un símil con las mujeres de mucho peso.
Si bien la mayoría de las teorías ponen la mirada en un origen francés, hemos encontrado una que nos lleva hasta el Teherán de la Edad Media.
Damajuana de Damghan
Al norte de Teherán, a 342 km, se encuentra ‘Damghan’, una de las ciudades más antiguas de la meseta iraní, con 7.000 años de antigüedad. Desde allí, gracias al comercio de la ruta de la seda, podría haber llegado a Europa adaptando su nombre fonéticamente a las culturas y ciudades que fueron incorporando este artilugio a sus tradiciones. Pasaría así de ser la garrafa de cristal de Damghan a ser la ‘damacana’ de los turcos, la ‘damagana’ de los árabes, la ‘damagianna’ de los italianos, la ‘dame-jeanne’ de los franceses, y nuestra ‘damajuana’.
Su uso
Venga de donde venga, este recipiente ha tenido un uso extendido en el traslado y almacenaje de vinos, licores o agua. Sus cualidades estaban asociadas tradicionalmente a la transparencia y diferentes tonalidades del vidrio. También era común forrarlo de esparto o mimbre. Hoy en día se ha convertido en un elemento decorativo y son pocos los lugares que siguen manteniendo su tradición.
En las bodegas De Alberto, en Serrada, mantienen esta tradición usando las damajuanas como recipiente para elaborar uno de sus vinos. Os recomendamos hacer una visita a sus instalaciones, donde además de explicaros el proceso de elaboración de estos y otros vinos, podréis apreciar los juegos de colores y transparencias que han caracterizado a estos recipientes en directo.
Conoce más curiosidades en nuestra sección de La Pregonera.