Virgen de las Viñas, curiosidades y milagros

Hoy nos vamos hasta Aranda de Duero (Burgos), para hablaros de las curiosidades que giran en torno a la Virgen de las Viñas, su patrona. ¿Nos acompañas?

El Santuario

Ubicado en el paraje conocido como monte Costaján, a las afueras de la ciudad, se encuentra la Ermita de Nuestra Señora de las Viñas. Su construcción inicial sería aproximadamente del siglo XII, aunque ha sufrido numerosas modificaciones. Ya en el siglo XIV, Juan I de Castilla mandó levantar una ermita más grande, sobre la primitiva.

De la ermita que hoy encontramos, destaca su ábside. Construido en el siglo XVI bajo el Obispo Pedro Álvarez de Acosta. Su nave teñida de blancos y pequeños detalles en oro es de estilo barroco y responde a una construcción del siglo XVII. En el siglo XVIII se transformó el ventanal del ábside en camarín de la Virgen y se levantó una construcción anexa. A esta se le unió una cripta ya en el siglo XX. La ermita cuenta con un mirador sobre el atrio, dos torreones laterales, un patio porticado y espadaña.

El milagro de la Virgen de las Viñas

Según cuenta la tradición y parte de la historia, durante la invasión musulmana, algunos vecinos de la ciudad de Lara de los Infantes huyeron con la imagen de la Virgen. Perseguidos por los moros llegaron a tierras arandinas y en el monte de Coscoján enterraron la talla de la virgen antes de ser aniquilados. Años más tarde, a un labrador que trabajaba la tierra se le apareció la propia Virgen, quien le guió hasta la talla y le proporcionó un racimo de uvas, a pesar de que no era aún momento de maduración de estas. Desde entonces, y ante tal milagro, los vecinos de Aranda levantaron la ermita en su honor en ese mismo lugar y pasaron a venerarla como la Virgen de las Viñas.

Los milagros y bondades que se le atribuyeron a esta imagen fueron notables. En este artículo del Diario de Burgos se recogen algunos de los más famosos. Esta fama llegó a las más altas esferas de la sociedad. Se sabe, por ejemplo, que la reina Isabel la Católica donó ornamentos y rentas. También pasaron por sus pies a conseguir un milagro reyes como Carlos V, Felipe II, Felipe III, su esposa Margarita de Austria y Felipe IV, con quien el milagro se hizo realidad. Y es que cuenta la historia que su curación llegó cuando vivía en Aranda, siendo aún infante.

La talla

No podemos hablar de la Virgen de las Viñas sin hablar de la protagonista de la historia: la imagen. Se cree que la talla que viajó de la zona de Lara a Aranda sería visigótica, del siglo VII – VIII. La que se puede admirar hoy en día es de estilo gótico y se ubica entre el siglo XIII y el XIV.

Lo curioso de esta virgen es que desde el siglo XVII se representa acompañada de una pequeña figura a sus pies. Se trata del Mediquín, una talla de 50 cm ataviado con ropas de gentilhombre y con un bastón. Su origen, a caballo entre la historia y la leyenda, se enmarca en un acontecimiento epidémico que asoló la villa de Aranda en el siglo XVII. Sus ciudadanos desesperados pidieron ayuda a la virgen y fue entonces cuando apareció un joven médico que salvó muchas vidas. Según la tradición popular, una vez cumplida su labor, el médico despareció y con él surgió la historia del enviado de la virgen.

Desde entonces, forma parte de la iconografía de la propia Virgen de las Viñas y nunca aparece una sin el otro. Debido a su tamaño y a que hace referencia a aquel médico misterioso, se le llamó ‘Mediquín’.

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