Un café en el Patton y un concierto a la vista
Cabeza de Gallo ha lanzado su primer trabajo, un ritual de iniciación al sonido de una banda que ya promete ser de culto.
Nos cuenta Alba Sanzo (Valladolid, 1994) a la voz y una guitarra sibilina siempre protagonista en las composiciones, mientras se toma un café en el mítico Patton de Valladolid.
Habla de como incorpora su mística personal a la actualidad más psicodélica, alimentando un fuego que no debe apagarse y dibujando un paisaje lleno de puentes entre épocas.
Compone el grupo junto con la contundencia de Alicia Jiménez (Filter Fauna, Campo Grande) al bajo y los coros y Javier Vielba (Arizona Baby, El Meister, Corizonas) a la batería poniendo la guinda final al power trío vallisoletano.
El nombre es el pseudónimmo que empecé a utilizar cuando tocaba en solitario y sale directamente de una estrofa de una canción de The Mars Volta, un grupo que, particularmente, a Alicia y a mí nos encanta.
¿Gira a la vista?
Ahora mismo tenemos un concierto este domingo 18 en Burgos, en La Figa a las 19:00 y estamos cerrando fechas que anunciaremos pronto para la primavera.
Estamos en el Patton, el bar en el que rodaría una película si pudiera.
Se la mando a Campo Grande, porque acaban de sacar hace unos días su primer album y eso hay que celebrarlo.
Hace ya un tiempo que le doy muchas vueltas a ese tema porque es algo que te preguntan a menudo y la verdad es que pienso que quizás hoy en día ya no tenga mucho sentido pensar la música de esa manera, por generous cerrados y etiquetas cuadriculadas. Todo está mucho más desdibujado y globalizado, una canción puede tener infinitud de influencias de tantos estilos diferentes… pero sí, hacemos rock, eso está claro, si hubiera que ponerle un apellido le pondría “psicodélico”. Creo que algunas canciones se adentran más en la psicodelia que otras, pero el espíritu de la psicodelia está presente en todas ellas: la espiritualidad, la búsqueda de la verdad, la libertad y las sustancias jajaja
Nuestro primer concierto fue en la plaza Federíco Wattenberg en mayo del 2021, pegaba bien el sol y estábamos muy ilusionados.
Sin duda, el concierto más particular fue en el Trechuro (Castrillo de los Polvazares), es una especie de cueva/agujero hobbit maravilloso en una de las zonas más bonitas de España. El caso es que ese día había fiesta de disfraces, por lo que todo el publico llevaba un bonito conjunto de fantasía y nosotros salimos a tocar vestidos, Javi y Alicia de angelitos y yo de demonio. Todo esto después de comernos un buen cocido maragato… puede no sonar muy espectacular pero fue como pasar un día dentro del Jardín de las Delicias.
El disco lo pensé para que fuese escuchado como un todo, como un album al complete, de manera que el orden en el que figuran las canciones no es casual, así que empezaría por “Noise” que es la primera y acabaría con “Silence”, la última.
Entre medias está “Vultures”, que es sin duda una de las canciones que más disfruto a la hora de los directos, creo que ahí como banda se produce una explosión.
Ya sabemos cómo está la cosa para la mayoría de bares que quieren organizar algún evento con música en directo. No es una ciudad fácil, no es país para músicos. A la hora de tocar pensamos en salas, por el número de personas que caben y por el tema del sonido, pero aún así sigue siendo una batalla, los alquileres de las salas no lo ponen nada fácil. La gente tiene que entender que para una banda emergente cada concierto es un milagro.
Pues mira, te voy a contestar a las dos con el mismo festival. Te diría el Azkena Rock, estuve hace un par de años viendo a Patti Smith y de rebote descubrí a DeWolfF, un grupazo alucinante. Otros años estuvieron Os Mutantes, Iggy Pop… yo creo que nos podrían hacer un hueco por ahí, por compatibilidad de caracteres.
De cine ¡badum chas! Bromas aparte, pisar el escenario del teatro Calderón siempre es magia y que alguien como Vielba confíe en ti para acompañarle musicalmente en una cita tan importante te da mucha confianza como músico, algo de lo que yo muchas veces cojeo por tener quizás algo de complejo por no haber tenido una formación musical académica.
De cualquier manera, que cuenten contigo siempre es algo muy emocionante y compartir ese escenario y el paseíllo por la alfombra verde con mis amigos fue de lo más bonito que he vivido profesionalmente.
Quiero que cada miembro del grupo diga a qué concierto le gustaría haber ido. Pueden ser conciertos de épocas en las que no hubieran nacido.