No todo lo que hay que ver o hacer en Valladolid es temporal o está dentro de un espacio. A lo largo y ancho de la ciudad hay monumentos, edificios, placas conmemorativas, huellas de un pasado y de una historia que también merece la pena visitar. Hoy, desde La Pregonera os hablamos de la obra ‘Lo profundo es el aire’ realizada por el escultor Eduardo Chillida.
Un 18 de enero de 1893 nacía en Valladolid Jorge Guillén. Eduardo Chillida conoció al poeta durante su estancia en Harvard. Guillén, al descubrir el libro «Die Kunst und der Raum» (colaboración entre el artista vasco y Martin Heidegger), dijo: “Le advierto Chillida, que yo también tengo buena letra”. Poco después nació el libro «Más allá» con poemas de Guillén e ilustraciones de Chillida.
Tras el fallecimiento del vallisoletano, Eduardo Chillida realizó varias esculturas inspiradas en el verso del poeta “lo profundo es el aire”. Aquella era, tal y como escribió el escultor: «una frase clave que une su trabajo y el mío».
Uno de estos homenajes lleva en Valladolid desde noviembre de 1982. La pieza, que fue inaugurada con la presencia del propio Chillida, puede verse en la calle Cadenas de San Gregorio, frente al palacio de Villena y enmarcada por el histórico muro del convento de San Pablo.
Se trata de una escultura de 3,5 metros de longitud y 1,5 de altura, realizada en acero después de que el artista descartase, a última hora, las estructuras de hormigón que ya tenía realizadas. Como él confesó, y recoge El País, «porque con esta nueva escultura la profundidad estará en el entorno, en la inmensa pared de piedra que rodeará la estructura de acero (se refiere a la iglesia de San Pablo); será una profundidad vertical».